Se acabó la temporada. La lluvia, la nieve, la niebla y las bajas temperaturas transforman el aspecto de la mayoría de nuestras montañas. Llega el tiempo de la hibernación del corredor de montaña pero no por ello una época de inactividad. En Cross Country te damos algunas claves para mantener la forma, hacer deporte y llegar pletórico al comienzo de la temporada.
Llegó el otoño; final de la temporada de carreras de montaña en nuestro país. Es el momento de hacer balance, de buscar otros objetivos o simplemente relajarse y tomar un merecido descanso después de meses de duro entrenamiento y competiciones. La mayoría de las cumbres de los macizos montañeros españoles dejan de ver la figura afilada y agónica de los corredores de montaña. Las zapatillas dejan paso a las botas, las camisetas técnicas a los cortavientos e impermeables. Los días se acortan y hace más frío.
Todavía podemos correr pero con material apropiado y mucha precaución con las condiciones meteorológicas. Más suerte tienen los que viven cerca de la baja montaña, donde el invierno no es tan duro. Pero, aunque puedas seguir corriendo en montaña, también el otoño-invierno es ideal para practicar alguna de nuestras otras facetas deportivas. Si eres más atleta que montañero, tendrás la oportunidad de correr algo de ruta o campo a través. Si eres más montañero que corredor, es el mejor momento de coger el piolet y los crampones, o de desempolvar nuestras tablas de travesía. Además de conservarnos en forma, cambiar de actividad nos servirá para mantener la motivación y volver a correr en primavera con más ganas.
Deslizarse montaña arriba
El esquí de travesía es una de las principales alternativas invernales para el corredor de montaña. Muchos de los grandes atletas de las cumbres lo practican en invierno... o al revés, alguno de los grandes campeones del esquí de montaña usan las carreras como alternativa de verano. Manu Pérez, Kilian Jornet o Agustí Roc en España o la francesa Corinne Favre, son ilustres ‘traveseros’ que en verano se dedican a correr. ¡Y cómo corren! El caso es que son modalidades perfectamente compatibles: biomecánicamente son parecidas, sus temporadas competitivas son complementarias y el perfil del deportista es igual en ambos casos.
Tanto si ti tienes un entrenamiento programado como si no lo tienes, puedes cambiar cualquier sesión de carrera por una de esquí. No necesitas tablas de entrenamiento o fórmulas mágicas. Al ser, como hemos dicho, modalidades perfectamente compatibles, no afectará negativamente al entrenamiento en ningún momento. Su práctica nos hará seguir en contacto con la montaña y además mejorará nuestra cantidad de glóbulos rojos y hematocrito, tan importante en los deportes de gran resistencia como son las carreras. ¡Ah! Y si no tienes nieve a mano, no olvides que el roll-ski es una alternativa igual de válida y entretenida.
Llegó el otoño; final de la temporada de carreras de montaña en nuestro país. Es el momento de hacer balance, de buscar otros objetivos o simplemente relajarse y tomar un merecido descanso después de meses de duro entrenamiento y competiciones. La mayoría de las cumbres de los macizos montañeros españoles dejan de ver la figura afilada y agónica de los corredores de montaña. Las zapatillas dejan paso a las botas, las camisetas técnicas a los cortavientos e impermeables. Los días se acortan y hace más frío.
Todavía podemos correr pero con material apropiado y mucha precaución con las condiciones meteorológicas. Más suerte tienen los que viven cerca de la baja montaña, donde el invierno no es tan duro. Pero, aunque puedas seguir corriendo en montaña, también el otoño-invierno es ideal para practicar alguna de nuestras otras facetas deportivas. Si eres más atleta que montañero, tendrás la oportunidad de correr algo de ruta o campo a través. Si eres más montañero que corredor, es el mejor momento de coger el piolet y los crampones, o de desempolvar nuestras tablas de travesía. Además de conservarnos en forma, cambiar de actividad nos servirá para mantener la motivación y volver a correr en primavera con más ganas.
Deslizarse montaña arriba
El esquí de travesía es una de las principales alternativas invernales para el corredor de montaña. Muchos de los grandes atletas de las cumbres lo practican en invierno... o al revés, alguno de los grandes campeones del esquí de montaña usan las carreras como alternativa de verano. Manu Pérez, Kilian Jornet o Agustí Roc en España o la francesa Corinne Favre, son ilustres ‘traveseros’ que en verano se dedican a correr. ¡Y cómo corren! El caso es que son modalidades perfectamente compatibles: biomecánicamente son parecidas, sus temporadas competitivas son complementarias y el perfil del deportista es igual en ambos casos.
Tanto si ti tienes un entrenamiento programado como si no lo tienes, puedes cambiar cualquier sesión de carrera por una de esquí. No necesitas tablas de entrenamiento o fórmulas mágicas. Al ser, como hemos dicho, modalidades perfectamente compatibles, no afectará negativamente al entrenamiento en ningún momento. Su práctica nos hará seguir en contacto con la montaña y además mejorará nuestra cantidad de glóbulos rojos y hematocrito, tan importante en los deportes de gran resistencia como son las carreras. ¡Ah! Y si no tienes nieve a mano, no olvides que el roll-ski es una alternativa igual de válida y entretenida.
Los orígenes del atletismo
El campo a través o cross country es una de las modalidades más veteranas y naturales del atletismo. No es más que correr por la naturaleza y, precisamente en España, es una especialidad muy desarrollada y de gran nivel.
Cualquiera tiene un parque o un circuito ‘extraurbano’ donde correr. Olvidar nuestros recorridos por la sierra no debe ser un drama porque correr campo a través y competir en cross en invierno está lleno de ventajas.
En primer lugar nos aporta un fortalecimiento general de tronco y piernas. Nos hace incrementar y mejorar el trabajo aeróbico y aneróbico, puesto que las competiciones de cross son muy rápidas para fondistas como nosotros, y nos ayuda a mejorar nuestro ‘ritmo de crucero’. Además acumulamos bastantes kilómetros evitando tenerlo que hacer luego en primavera.
No hay que rebuscar mucho en el calendario atlético para encontrar competiciones de campo a través todos los fines de semana y en cualquier lugar. ¡Ah! Y que nadie se desanime si queda de los últimos en un cross. El nivel competitivo en España es alto y nosotros debemos tomarlo simplemente como una manera de mantener un buen nivel atlético durante el invierno.
Otra alternativa habitual en los corredores de montaña en invierno es la bicicleta de montaña. Es una manera de mantener el contacto con la naturaleza, el nivel aeróbico y, sobre todo, de mejorar la fuerza del tren inferior sin el impacto que produce la carrera en nuestras articulaciones.
Siempre se ha dicho que la bicicleta y la carrera son modalidades incompatibles. Es una cuestión cierta pero referida fundamentalmente a los deportistas de gran nivel. Cualquiera que haya corrido duatlón o triatlón sabe lo difícil que es ponerse a correr cuando uno baja de la bicicleta.
Lo que sí es importante en nuestro caso es planificar un poco la temporada invernal e ir dejando las sesiones de bici por lo menos un mes antes de empezar a correr por montaña.
Durante el invierno, cualquier sesión de carrera es fácilmente transformable en un entrenamiento en bici. La carrera continua, las series, los cambios de ritmo; todo lo que hacemos corriendo, vale también en bicicleta.
Hagas los que hagas, lo que siempre aconsejo es dejarte asesorar por un técnico o un entrenador, que pueda planificar bien los cambios de entrenamiento. Las transiciones, tanto al empezar a esquiar, montar en bici o correr cross, como al contrario deben ser progresivas para no arriesgarnos a una lesión. Es posible que tengamos molestias, porque el cuerpo no está acostumbrado, y por eso hay que ser prudente. Vamos, que hacer 100 kilómetros en bici o esquiar 8 horas el primer día te puede pasar factura, y nuestro primer y único objetivo debe ser disfrutar de la montaña en invierno para seguir disfrutándola también en verano.
Artículo publicado en la revista Cross Country.
por Juan Manuel Agejas.
El campo a través o cross country es una de las modalidades más veteranas y naturales del atletismo. No es más que correr por la naturaleza y, precisamente en España, es una especialidad muy desarrollada y de gran nivel.
Cualquiera tiene un parque o un circuito ‘extraurbano’ donde correr. Olvidar nuestros recorridos por la sierra no debe ser un drama porque correr campo a través y competir en cross en invierno está lleno de ventajas.
En primer lugar nos aporta un fortalecimiento general de tronco y piernas. Nos hace incrementar y mejorar el trabajo aeróbico y aneróbico, puesto que las competiciones de cross son muy rápidas para fondistas como nosotros, y nos ayuda a mejorar nuestro ‘ritmo de crucero’. Además acumulamos bastantes kilómetros evitando tenerlo que hacer luego en primavera.
No hay que rebuscar mucho en el calendario atlético para encontrar competiciones de campo a través todos los fines de semana y en cualquier lugar. ¡Ah! Y que nadie se desanime si queda de los últimos en un cross. El nivel competitivo en España es alto y nosotros debemos tomarlo simplemente como una manera de mantener un buen nivel atlético durante el invierno.
Otra alternativa habitual en los corredores de montaña en invierno es la bicicleta de montaña. Es una manera de mantener el contacto con la naturaleza, el nivel aeróbico y, sobre todo, de mejorar la fuerza del tren inferior sin el impacto que produce la carrera en nuestras articulaciones.
Siempre se ha dicho que la bicicleta y la carrera son modalidades incompatibles. Es una cuestión cierta pero referida fundamentalmente a los deportistas de gran nivel. Cualquiera que haya corrido duatlón o triatlón sabe lo difícil que es ponerse a correr cuando uno baja de la bicicleta.
Lo que sí es importante en nuestro caso es planificar un poco la temporada invernal e ir dejando las sesiones de bici por lo menos un mes antes de empezar a correr por montaña.
Durante el invierno, cualquier sesión de carrera es fácilmente transformable en un entrenamiento en bici. La carrera continua, las series, los cambios de ritmo; todo lo que hacemos corriendo, vale también en bicicleta.
Hagas los que hagas, lo que siempre aconsejo es dejarte asesorar por un técnico o un entrenador, que pueda planificar bien los cambios de entrenamiento. Las transiciones, tanto al empezar a esquiar, montar en bici o correr cross, como al contrario deben ser progresivas para no arriesgarnos a una lesión. Es posible que tengamos molestias, porque el cuerpo no está acostumbrado, y por eso hay que ser prudente. Vamos, que hacer 100 kilómetros en bici o esquiar 8 horas el primer día te puede pasar factura, y nuestro primer y único objetivo debe ser disfrutar de la montaña en invierno para seguir disfrutándola también en verano.
Artículo publicado en la revista Cross Country.
por Juan Manuel Agejas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario