No cabe duda que correr por la montaña es una actividad entretenida, sana y atractiva. Contamos con un contexto privilegiado en el cual realizar nuestra actividad física al tiempo que disfrutamos y ponemos a prueba nuestro cuerpo y mente a la hora de ser capaces de fluir por los ondulados, técnicos o escarpados terrenos que el monte nos brinda.
De los miles de practicantes existentes en nuestro país, un buen porcentaje proviene de haber cambiado su "chip" montañero por una modalidad más atlética, donde exigir más a su cuerpo y conocer más a fondo sus capacidades y recursos. Otro buen puñado de "runners montañeros", proviene de las sacrificadas pruebas de asfalto, donde la monotonía, el estrés articular (siempre pisando de la misma manera) y posiblemente el estancamiento de marcas (o bien la llegada al tope de sus capacidades) hicieron cambiar una especialidad por otra.
Esta claro que cada disciplina (asfalto y montaña) tiene su encanto, pues en la primera podemos sentir más intensamente ese "pura sangre" que llevamos dentro, y cabalgar de forma continua y rápida en el tiempo (llegando al tope de nuestra calidad pura).
En la segunda, ponemos en marcha nuestro repertorio gestual a la hora de adaptarnos al medio, sacando los recursos técnicos a la hora de afrontar una subida con mucho desnivel estrecha y técnica, una bajada en senda llena de piedras y obstáculos, o un cambio de marcha, según afrontamos un tramo llano tras afrontar una bajada o una subida.
La iniciación
Para iniciarse en el Trail Running hay que pensar que como todo deporte es bueno hacerlo de forma paulatina, y dependiendo de la base deportiva del sujeto en cuestión.
Quizás los montañeros puros se adapten mejor a esta disciplina que los "runners puros" pues aunque los primeros no tengan esa "calidad corredora" que atesora la gente de asfalto, están más familiarizados con los desniveles y los terrenos técnicos, y les viene facilitado el moverse óptimamente por el monte. También hay gente muy resistente que proviene de la bicicleta que se adapta a este deporte (los practicantes de la BTT por norma, se acoplan mejor y asimilan mejor el correr por montaña que los ciclistas de carretera).
Desde nuestra escuela vamos a dar unas pautas a seguir para todos aquellos que quieran iniciarse en el Trail Running y gocen así de una actividad física segura y gratificante en la montaña:
• Tener una buena base deportiva anterior y si no se tiene, empezar con caminatas de 1-2 horas suaves y por terrenos no muy exigentes técnicamente.
• No estaría de más, hacer un trabajo complementario de fortalecimiento de cuadriceps, isquiotibiales y gemelos en gimnasio (por no decir una tonificación general del tren superior), pues son las palancas que nos ayudaran a subir y a bajar.
• Asegurarnos de contar con una zapatilla cómoda, resistente y que nos sujete bien el pie. Hoy en día, hay en el mercado gran diversidad de calzado específico para ello, y sin duda para iniciarse en esta disciplina (a no ser que tengamos que pisar nieve o hielo) podemos prescindir de las pesadas botas.
• Para complementar el punto anterior, podríamos asesorarnos y someternos a unas tablas de trabajo de "propiocepción" (hace referencia a ejercicios que potencian la capacidad del cuerpo de detectar el movimiento y posición de las articulaciones, sobre todo en los movimientos deportivos que requieren una coordinación especial) que nos aportaran mucha efectividad a la hora de andar o correr por la montaña.
• Si nos iniciamos a correr por el monte, no estará de más hidratar siempre los pies y sus dedos antes de empezar la actividad con una buena capa de vaselina. Esta nos protegerá (mientras nos curtimos los pies) de rozaduras y ampollas (pensemos que el pie no está quieto del todo como cuando corremos por llano y rozar y se mueve bastante más al correr por el monte) mientras nos acostumbramos a los roces comentados con anterioridad.
• También deberíamos tener en cuenta, que los horarios en montaña se disparan, y cuando nos hemos dado cuenta, llevamos más tiempo del que pensábamos por el monte. Por ello, no descuidar nunca la supervisión del itinerario a seguir, asegurándose de donde estamos y llevando con nosotros una riñonera con un botellín con agua, sales, alguna barrita energética por si acaso, un pañuelo de papel (siempre útil por si…) y el móvil (nunca se sabe si vamos a tener que socorrer a alguien o a nosotros mismos).
• Si pretendemos empezar a entrenar de forma constante para subir nuestro nivel de exigencia, no dudar en contactar con profesionales del entrenamiento, pues con ellos se obtiene un asesoramiento profesional a la hora de perfilar un ajustado plan de trabajo para cada persona. Con ello se trabaja el corredor sobre seguro y optimiza todo el tiempo dedicado a preparar su propio objetivo.
El Clinic – Escuela de Alto Rendimiento para Corredores de Montaña. http://www.elclinic.es/