Una vez hace
muchos años, soñé que hacia una transpirenaica con mi bici de montaña. Desde
entonces ya ha pasado mucho tiempo y por lo menos en más de 7 ocasiones he
cruzado el Pirineo de mar a mar, bien en bici, corriendo o con caballo.
Recuerdo
con añoranza esa primera vez que Salí con mi bici de San Sebastián, diciendo en
casa que me marchaba a pasar unos días a casa de un amigo por los Monegros. Me
plantee sobre un mapa, cruzar los valles más lógicos, empalmando pistas,
caminos, canchales, collados de más de 2600 m con mi bici a la espalda y un
sinfín de zonas que entonces podría resultar una locura para que nadie lo
repitiera.
Veo que
desde entonces esta actividad mucho ha cambiado, las bicis de doble suspensión,
las ganas de hacer enduro por esas montañas, veo que ya no le importa a la
gente echarse la bici a las costillas y tirar para arriba para disfrutar del
descenso.
Bueno volviendo, que por aquel entonces Reinaba en mí el
desconocimiento y la falta de experiencia. Pero tenía conmigo dos aliados muy
potentes, mi cabezonería de buen Aragonés y la fortaleza de cualquier joven de
20 años.
Con solo eso y mi bicicleta de montaña de acero y sin suspensión, fue
suficiente para hacer mi sueño realidad, aun pasando malos momentos de pájaras,
de cansancio, de problemas a la hora de encontrar algún sitio para dormir, etc,
que ahora quedan en un mero recuerdo en
mis apuntes y en mi cabeza.
Al contrario
que ahora, quiero volver a revivir otra
vez esos momentos y experiencia única de aquella época de mi vida. Me doy
cuenta y soy consciente que ya no tengo esa juventud, me falta esa fuerza de
entonces, me doy cuenta que estoy un poco más torpe en mis movimientos.
Pero a
lo contrario cuento con esa experiencia y la cabeza bien amueblada (Bueno, creo
yo). En todos estos años he realizado muchos largos viajes y he acumulado miles
de km, bueno, calculando por encima encima, podría decir que he superado
desde que me acuerde los 155000 km, unas tres vueltas al mundo por su ecuador.
Bueno, estamos hablando de más de 30 años.
Pues por
todo esto y más, voy a intentar hacer en verano una de las mías y hacer este
proyecto de nuevo realidad.
Volveré a
recorrer el Pirineo con mi bici, de mar a mar por ese antiguo recorrido de
aquel entonces, así recorreré esos caminos cargando con la bici por senderos de
la GR11, por pistas y por caminos rebuscados por mí, fuera de las guías
transpirenaicas existentes en el mercado e intentando marcar una línea lo más recta posible que los valles me permitan.
Después de
estos 30 años, la mentalidad de muchos bikers ha cambiado al igual que sus
bicis y lo que antes podría ser una locura, ahora puede llegar a ser una
entretenida y una ruta que la gente quiera repetir, experimentar o simplemente
pensar en ella y planteárselo en sus cabezas.
Por eso
espero que este año entre otras cosas, mi sueño al igual que entonces pueda
volverse a convertir en realidad con esos casi 1000km de distancia y unos
25000 m o más de subida acumulada.
Trabajaremos
en el proyecto de mis vacaciones cañeras.