Fuente: Juan Manuel Agejas (Web: Tierra Trágame)
EL DEPORTE MÁS ANTIGUO
Probablemente correr por montaña sea el deporte más
antigua practicado por el hombre. Los nómadas cazadores de la Antigüedad ya
corrían tras sus presas hace miles de años. En España sólo hace 20 años
aproximadamente que se vienen celebrando carreras de montaña con continuidad y
organizaciones consolidadas. Pero hace mucho más de lo que imaginamos ya había
competiciones de este tipo. En 1918 la RSEA Peñalara ya celebró la Marcha de los
Tres Refugios en la sierra de Guadarrama, en Madrid, y poco después, de 1923 a
1925, la llamada Copa de Hierro, ahora recuperada por el club madrileño. A lo
largo del Siglo XX en muchos pueblos de Aragón y Castilla se realizaban “pollos”
y carreras campo a través que, en ocasiones, consistían en subir y bajar una
montaña. En País Vasco existían numerosos retos y apuestas de subir corriendo al
monte más cercano. De todo esto no queda mucha constancia salvo en hemerotecas.
Luego, en los años 50, llegaron las marchas de velocidad o los conocidos
"rallies" en Cataluña, competiciones de autosuficiencia por montaña por equipos,
precedentes de las actuales carreras en Cataluña.
Es
en la década de los 80 cuando surgieron las primeras carreras que continúan en
la actualidad. En 1995 llegó el primer maratón de montaña de la península, el
Maratón Alpine Galarleiz; en 2001 la Copa de España y en 2002 el primer
Campeonato de España oficial. Actualmente en España las competencias están
repartidas (aunque no consensuadas) entre la Federación Español de Escalada y
Deportes de Montaña (FEDME) y la Federación Española de Atletismo (RFEA).
1. Date tiempo
Conozco muchos corredores de montaña. Unos vienen del atletismo, otros del esquí de travesía, otros del alpinismo y algunos han nacido deportivamente ya en esta especialidad. La clave, como en la Teoría de la Evolución, es la adaptación al medio. Hay quien lo hace en seguida pero la mayoría no. La primero es, entonces, tener paciencia y poco a poco ir cogiendo fondo, el ritmo0 en las cuestas, la técnica en las bajadas, lo que más nos va en los avituallamientos, etc.
2. Subidas
Cuando el terreno se inclina hacia arriba hay que valorar
si se avanza más corriendo o andando, pero tampoco conviene viciarse mucho a
andar. Lo podemos comprobar en una cuesta en la que entrenemos habitualmente.
Fácilmente podremos descubrir que somos capaces de correr en donde muchas veces
nos parece imposible y, lo mejor aún, nos cansamos lo mismo que andando. Es
cuestión de sicología.
Para
subir bien es muy, muy importante no dejar de trabajar la musculación del tren
inferior y de la zona abdominal en toda la temporada. En los ascensos siempre
inclinamos el tronco hacia delante y es la musculación abdominal la que nos
sujeta. Por eso a veces “nos duelen los riñones”.
El
ritmo en las subidas debe ser regular para evitar un desgaste muscular mayor,
así que... ¡arriba pasito a pasito! como las hormiguitas.
3. Bajadas
La
fuerza es clave también en las bajadas. Nos da confianza y permite apoyos ágiles
o rectificar rápido ante cualquier tropezón o error. Hay que trabajar las
bajadas técnicas pues es donde se logran grandes diferencias de tiempo. Para
coger agilidad podemos entrenar bajando largos tramos de escaleras, cada vez más
rápido. Correr por caminos complicados, primero muy despacio y luego con
pequeños acelerones, nos irá haciendo más seguros y rápidos. Si las bajadas son
muy largas, alternar la carrera con tramos a pequeños saltos ayuda a
“descansar”.
4. Llanear
En
las carreras en las que hay tramos largos llanos no hay que forzar demasiado,
sino ir muy relajado, con la sensación de correr a ritmo de rodaje. No os
obsesionéis con aprovechar para remontar posiciones en este
terreno.
5. Avituallamientos
Los avituallamientos en carreras de montaña son “otro
mundo”. Ni se gana ni se pierde gran tiempo, así que tomadlos con tranquilidad.
Para, bebe y come lo necesario... y no dejéis pasar ni uno. No conviene tomar
nada que no hayas probado, así que pregunta siempre a la organización qué
productos van a darte. Valora la posibilidad de llevar avituallamiento propio
encima, en una riñonera o un portabidón.
6. Psicología
Es otro de los aspectos
fundamentales de las carreras de montaña. Yo, incluso he sufrido pájaras de las
que luego me he recuperado totalmente. En carrera da tiempo a todo y la cabeza
ayuda mucho a controlar cada situación, sobre todo cuando te ves solo en medio
del monte y al arbitrio de un clima hostil. Haz tiradas largas totalmente solo
(pero lleva siempre agua, comida y, a ser posible, teléfono móvil por si acaso).
En competición distrae tu mente: disfruta del paisaje, piensa en los planes de
mañana, etc. Estratégicamente aconsejo marcarse objetivos parciales: cada
kilómetro, por avituallamientos o a coger al rival más inmediato.
7. Material
Si
nunca se nos ocurriría jugar al baloncesto con unas sandalias o llevar un abrigo
de plumas para jugar al tenis, no se os ocurra ir a correr montaña sin el
material adecuado. Afortunadamente el mercado español actual tiene una amplia
gama de marcas y productos para abastecernos correctamente. Usa zapatillas de
correr por montaña y tejidos técnicos que nos protejan del sol o el viento y la
lluvia si es necesario, y que transpiren sin que podamos enfermar. Igualmente
hay complementos como gorras, mochilas ligeras, pañuelos, portabidones, gafas,
etc. imprescindibles.
Pocos, muy pocos deportistas viven de las carreras de
montaña. Casi todos lo hacemos por pura y simple afición. Así que DISFRUTA.
Cuando entrenes o compitas, observa el paisaje, para en las cumbres para
contemplar el horizonte, descubre la buena gente que hay en las carreras,
empápate de las tradiciones, costumbres y gastronomía allá donde vayas. Y
recuerda que el 99% de la población mundial ni siquiera acabaría una sola de las
carreras que has logrado terminar.
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