viernes, marzo 07, 2008

Javier Subías afina su puesta a punto para el Maratón de Sables

- El montañero barbastrense Javier Subías llevará el dorsal número 600 en la 23 edición de la Maratón des Sables (Maratón de las Arenas) que contará con 850 participantes de 32 países, entre ellos España con 72 corredores. La prueba se disputará en pleno desierto del Sáhara del 30 de marzo al 5 de abril y la ruta de este año será la más larga de la historia con 245’3 km. de recorrido, según datos oficiales facilitados durante la presentación oficial de la prueba celebrada hace unas fechas en Barcelona. Subías es el único aragonés inscrito en esta durísima Maratón que discurre entre dunas, arenas, piedras y mucho calor, en la que cada participante pone su propio ritmo y carga con el equipo de comida además del material obligatorio para hacer frente a las seis etapas del recorrido por el Sáhara sud Marroquí. El kilometraje se distribuye entre una etapa inicial de 28 km. a la que siguen cinco de 34 km, 38 km. 80 km. 42 km. y 23 km. Es una de las pruebas con mayor cobertura mediática del mundo. En las últimas siete ediciones ha ganado el marroquí Lahcen Ahansal y de cara a la próxima edición el favorito es su hermano Mohamed, que ha sido segundo. Este año destaca la participación, entre los españoles, del equipo “Primas Global” formado por seis deportistas entre los que están el ex azulgrana Luis Enrique y el ex barcelonista Toñín Llorente. Ambos recaudarán fondos para la Fundación María García Estrada. Javier Subías, ha confirmado el reciente apoyo oficial del Gobierno de Aragón, como spónsor, que se suma a Montañeros de Aragón de Barbastro (club al que representará en la carrera), Patronato Municipal de Deportes, Suministros Nasarre, Federación Aragonesa de Montaña, Gráficas Barbastro, Prefabricados Andréus, Deportes Chaca Sport y El Cruzado Aragonés (donde es colaborador habitual). Además tiene apoyos y aportaciones particulares, en especial de amigos y socios del Club Atletismo Barbastro, para sacar adelante este reto valorado en 4.000 euros. Hasta ahora ha recorrido más de 700 km. desde diciembre cuando comenzó los entrenamientos, una vez recuperado de la contractura en el soleo -gracias a José María Lacoma- y oscilan entre 16 a 20 km de lunes a jueves y de viernes a domingo en que amplía de 25 a 35 km. “es cuando puedo correr con luz e ir por el campo como me gusta”. Los jueves, descanso activo con natación o incuso alguna salida de esquí de montaña. La media es de 120 km. semanales, equivalente a casi tres maratones.A partir de febrero, dos días de descanso activo pero incrementa la intensidad de las jornadas restantes con más distancia y ritmo con un día a la semana, como mínimo, para una tirada larga de 45 km. con la mochila al hombro que llevará en la carrera y algo de peso. Incluso, alguna tirada hasta los 60-70 km. para “acomodarse” a las exigencias propias de la durísima prueba que afrontará.
“EXPERIENCIAS DE ALTURA”
Javi no es ajeno a los efectos propios de la soledad del corredor, en muchas ocasiones con días de niebla, frío, lluvia “se agradece la compañía de quienes se unen, a veces, para hacer kilómetros, en especial Isabel Albert y Jesús Nasarre con quienes llevamos muchas subidas al Pueyo juntos. Sentir aflicción en el entrenamiento es la cosa más fácil del mundo y la respuesta instintiva del cuerpo para decirte ¡para ya!. En esos momentos, la mente ayuda mucho y le dice, ¡duele! o ¡no puedo más!... el instinto humano nos aleja de experiencias dolorosas, pero sigues adelante”, explica el corredor.En muchas ocasiones “salgo a entrenar como si fuera dos personas, una está cansada y quiere descansar y la otra le anima para hacer un par de kilómetros más. Al final, vence siempre el vigoroso porque conforme pasan los kilómetros, el desanimado se viene hacia arriba. Pienso siempre que antes de darte por vencido, ataca. No hay mayor victoria que el orgullo de ir hasta el final de algo que comenzaste”. Recuerda sus experiencias en otros retos, “pasan más por los ascensos a las altas cumbres con solitarios e intimidantes glaciares. Allí es donde aprendí la fortaleza del espíritu y de la mente sobre el físico. Las experiencias me enseñaron también que en un terreno o actividad hostil, los más fuertes pueden transformarse en los más débiles en un golpe de mente”.

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