Este es un problema que solemos tener muchos corredores de montaña.
Si quieres saber un poco sobre el tema, lee esto.
Los pies del corredor son como los neumáticos de un Fórmula 1, por mucho motor que se tenga (en este caso músculo) si los pies no van bien no hay nada que hacer. La fascitis plantar es uno de los grandes enemigos del corredor, por eso es mejor prevenir que curar.
La fascia plantar es la envoltura que cubre los músculos de la bóveda del pie, se extiende desde los dedos hasta el talón. Debido a la solicitación repetida de la planta del pie que supone el correr, músculos, ligamentos o huesos pueden afectar a esta fascia produciéndose una inflamación, es la temida fascitis plantar.
La fascitis plantar puede verse propiciada en el cambio de zapatillas o modificación de la pisada normal (cuestas, cambios de terreno…). Por eso es recomandable no hacer entrenos muy extensos con zapatillas nuevas hasta que nos acostumbremos a su pisada y no comenzar la temporada con mucho volumen de entrenamiento.
Al lesionarse la fascia el dolor es sensible en toda la bóveda plantar, pero al producirse excesiva tensión el dolor se localiza sobre todo en la parte posterior de la planta del pie, a la altura del hueso calcáneo, donde se es muy sensible a la presión. Por eso el dolor es muy sensible al andar, correr o al levantarnos cuando llevamos un tiempo sentados.
La fascia plantar es la envoltura que cubre los músculos de la bóveda del pie, se extiende desde los dedos hasta el talón. Debido a la solicitación repetida de la planta del pie que supone el correr, músculos, ligamentos o huesos pueden afectar a esta fascia produciéndose una inflamación, es la temida fascitis plantar.
La fascitis plantar puede verse propiciada en el cambio de zapatillas o modificación de la pisada normal (cuestas, cambios de terreno…). Por eso es recomandable no hacer entrenos muy extensos con zapatillas nuevas hasta que nos acostumbremos a su pisada y no comenzar la temporada con mucho volumen de entrenamiento.
Al lesionarse la fascia el dolor es sensible en toda la bóveda plantar, pero al producirse excesiva tensión el dolor se localiza sobre todo en la parte posterior de la planta del pie, a la altura del hueso calcáneo, donde se es muy sensible a la presión. Por eso el dolor es muy sensible al andar, correr o al levantarnos cuando llevamos un tiempo sentados.
Cuando la fascitis plantar se vuelve crónica cualquier roce con el calzado o la simple pisada en el suele puede provocar dolor. Es normal que el dolor desaparezca en parte al calentar la zona, por eso con frecuencia los corredores no suelen quejarse al hacer los entrenamiento, sin embargo al enfriarse la zona el dolor vuelve en forma de fuerte punzada.
¿Se puede seguir corriendo con fascitis plantar? sí, se puede seguir rodando, pero tomando una serie de precauciones para que el dolor no aumente y la fascia se vaya recuperando. Por tanto se bajará la intensidad de los entrenamiento, se evitará correr sobre asfalto buscando superficies más suaves (cesped por ejemplo es una buena alternativa), los vendajes hechos por especialistas también ayudarán a descargar la zona y la aplicación de frío tras el entrenamiento harán que la fascia no se perjudique más aún y se ayude a su recuperación.
La mejor prevención es incluir un planteamiento efectivo de ejercicios de estiramientos a realizar con frecuencia. El estiramiento debe ser del antepié, tirando hacia nosotros. El uso alternativo de dos pares de zapatillas también ayudará, y si fuese conveniente con plantillas adecuadas a nuestra pisada.
Y como no el mejor consejo que se puede dar si ya sufres de fascitis plantar es acudir a tu médico o fisioterapéuta, que seguro que ellos saben mejor que nadie cuál es el mejor tratamiento y si puedes o no seguir corriendo (cuándo, cuánto, dónde y cómo).
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