lunes, septiembre 05, 2011

Seis altoaragoneses participaron en la prestigiosa cicloturista París-Brest-París

- Seis altoaragoneses han sido protagonistas en la París-Brest-París, la prueba cicloturista internacional de gran fondo por excelencia, que obliga a cubrir un trayecto de 1.200 kilómetros en un tiempo máximo de 90 horas. De la media docena de los nuestros, Luis Escanero y Miguel Ramón -ambos con el maillot de la Peña Ciclista Edelweiss- lograron completar el recorrido y cumplir con creces los objetivos que se habían marcado. En el caso de Cored, ostenta el récord de participaciones en el ámbito aragonés (siete). Y muy de cerca está Escanero, que lleva seis.

Carmen Pérez-Fajardo, también con el maillot de la Peña Ciclista Edelweiss de Sabiñanigo; Carlos Gella Dieste y Anselmo Mur Lalueza, de Huesca, en representación del Club Ciclista Oscense, y José Luis Lera Añaños, de Barbastro, y con el maillot del Club Ciclista Barbastro completaron la nómina y en conjunto se dieron por satisfechos con la experiencia que vivieron la última semana de agosto por las carreteras francesas. Todos se merecen la admiración y el respeto por el camino recorrido.

Miguel Ramón Cored es el aragonés que más veces ha participado en esta clásica cicloturista que se puso en marcha en 1891, que se celebra cada cuatro años y que únicamente se vio paralizada en los dos periodos de las guerras mundiales. Antes que él, el pionero fue otro oscense, Sigfredo Arrieta, el primer atrevido allá por el año 1983. En 1987 fue cuando se animó Cored, en compañía de Eduardo Navarro. Para la presente edición, Miguel Ramón se había marcado bajar de 71 horas y 25 minutos, que fue el tiempo que marcó en 1891 el primer cicloturista en cubrir los 1.200 kilómetros. Su mejor registro lo tenía en 74 horas y 50 minutos, así que su preparación se encaminó a recortar más de tres horas. Aunque admite que le costó dar el primer paso, que era volver a París. "Hace cuatro años decidí que no iba más. Me costó casi seis meses recuperarme de una lesión en la mano por las condiciones de agua, frío y humedad que tuvimos que soportar", señala. En efecto, el peaje de la edición de 2007 fue un traumatismo del túnel carpiano del sistema nervioso de las manos.

Para cumplir su objetivo, Cored consideraba que llegar a Brest -ecuador de la prueba- debía costarle 30 horas. Le sobró media hora. Hasta ese momento había pedaleado de un tirón, así que se pudo permitir el lujo de descansar cuatro horas: ducha, avituallamiento "y casi tres horas intentando dormir".

La vuelta hacia París presentaba el reto "de aguantar" e incluso "regaló" unos 4 kilómetros ya que se perdió en la salida. En el kilómetro 1009 (Villaines La Juhel) se tiró "de c abeza" a una esterilla para conciliar el sueño durante una hora porque veía que no podía más. Fue suficiente para reemprender la marcha y atacar el último tramo "muy motivado y animado por la familia". Allí estaban su mujer, Marisa, su hermano Jesús y su mujer y su sobrino Diego. Cubrió el trayecto con una media de 23,6 km/h (aunque en los kilómetros 100 y 200 registró 29,4 y 27,6 km/h de promedio). Destaca que la climatología ha sido generosa con los cicloturistas en esta edición ya que apenas apareció la lluvia. "He disfrutado, no me han fallado las fuerzas y he superado esos momentos difíciles y de sufrimiento que aparecen sobre todo cuando tienes sueño".

Rescata alguna anécdota como la que vivió en la salida con su sobrino Diego quien, al ver una bicicleta centenaria y a un veterano cicloturista con el traje de época para hacer así la marcha, preguntó: "¿Y el señor aún vive ". Otra, el último día, cuando se le ocurrió pedir en la Bretaña una cerveza sin alcohol. Una demanda insultante para los rudos galos ("¿Una cerveza sin alcohol aquí, en Bretaña ") que casi le hizo salir del local por piernas.

La alegría a su regreso no responde a la pregunta de si volverá dentro de cuatro años. "No digo que no. La moral y la motivación del reto que tenía eran una buena apuesta y me ha valido. No descarto volver. Soy el aragonés que más ediciones ha hecho y es otra razón de peso para seguir", apunta, y deja claro que ya hace tiempo dejó de "salir por salir los domingos" ya que busca "algo que me motive".

Recuerda que empezó a prepararse en el campus de Eduardo Chozas, en febrero, y que poco a poco fue haciendo el rodaje y las brevets clasificatorias. En la primera quincena de agosto hizo un último test con dos brevets de 300 kilómetros y una última de 440. "Allí vi que estaba en los tiempos".

LUIS ESCANERO, SEXTA EDICIÓN

Otro oscense, Luis Escanero, afrontaba su sexta participación con el objetivo de mejorar su tiempo. Lo consiguió tras realizar el trayecto en 58 horas y 25 minutos. "Me salió redonda", afirma feliz. Tan sólo durmió dos horas, que coincidieron con una tromba de agua que cayó y destaca que afrontaba la marcha en perfectas condiciones físicas y mentales. "Cuando ya llevas 800 kilómetros y quedan 400, tienes que estar muy bien de cabeza. En esta prueba siempre tienes que ir a la defensiva. En los últimos 141 kilómetros sacamos una media de 31 km/h, que es en teoría cuando más cansado estás. Y en los últimos 15 kilómetros -iba con un cicloturista de Barcelona- fuimos a saco. Nos picamos con uno que nos había estado chupando rueda y al final le sacamos 20 minutos. Es la edición que mejor he terminado. Y acabar entre los 200 primeros, de los casi 5.000 que corren, tiene su mérito".

Así que miel sobre hojuelas, con récord personal y buenas sensaciones. "Este año la había planificado de otra manera, mentalmente estaba muy fuerte. Empecé con el grupo de Michel Pascual en el J-10 y después he entrenado mucho en solitario porque aquí eres tú contra la prueba y eso endurece. En realidad, es más difícil la preparación que la marcha en sí", afirma Escanero, que subraya igualmente el apoyo de la familia. "Llevo 24 años pringado en pruebas de gran fondo y es una pasada encontrar el ánimo y el respaldo de la familia, como es mi caso. Mi mujer (Ana Izuel) es enfermera y es quien me lleva el control de comidas y las analíticas".

Si bien el objetivo era mejorar el tiempo, asegura que siempre existe un "plan B", que no es otro que terminar la prueba sea como sea. ¿Volver en 2015 "Me quería cortar la coleta, pero creo que seguiré".

CARMEN PÉREZ-FAJARDO

La suerte le ha dado la espalda a Carmen Pérez-Fajardo Alcaine, que acudía por segunda vez a la prueba y si en 2007 tuvo que abandonar en el kilómetro 300 a causa de los estragos provocados por el mal tiempo, en esta ocasión llegó más lejos, casi a mitad de camino (kilómetro 520). Señala que en el primer avituallamiento debió comer algo en mal estado, que le sentó mal, y cuando parecía empezar a recuperarse, surgió otro problema con una herida que le impedía sentarse en el sillín. Fueron demasiados imponderables para poder continuar. A pesar de todo, Carmen califica la experiencia de "increíble y muy bonita" y ve el lado positivo. "He llegado más lejos que la otra vez. Cuando das todo lo que tienes, no se puede hacer más que pasarlo bien y divertirse. Un cúmulo de circunstancias me han impedido terminar. ¿Repetir Ahora mismo no lo sé, de momento quiero descansar. Pero estoy impresionada y asombrada de la cantidad de mujeres que hay en esta prueba y de las experiencias que compartes con todo el mundo".

CARLOS GELLA Y ANSELMO MUR

Es especialmente meritorio el caso de Carlos Gella, que tiene de nacimiento una hemiplegia en el lado derecho y corre con una bici adaptada. Era la tercera vez que acudía a esta cita y si en las anteriores acabó, en esta ocasión se quedó con la miel en los labios ya que a falta de 70 kilómetros "mi cuerpo dijo basta". Señala que sufrió un desfallecimiento y lo achaca al cansancio y a la pérdida de concentración. "No podía seguir y me quedo, por lo poco que faltaba para el final, con la sensación de rabia".

Tiene 46 años y la próxima edición le llegará con 50 (es la media de edad que presenta la prueba). "En estos momentos te digo que no volveré. Pero es lo que he dicho las otras dos veces que acabé. Ya veremos qué pide el cuerpo dentro de cuatro años, o de dos con la Madrid-Gijón, que también es de 1.200 kilómetros".
Por encima de todo, se queda con lo positivo "porque me gusta mucho hacer estas pruebas".

Gella estuvo acompañado durante la marcha por Anselmo Mur, que acudía por segunda vez a la París-Brest-París. Y Mur se mostró solidario con su compañero de fatigas, al que acompañó en su abandono. "Si no se puede acabar, no se puede. Estas pruebas son para disfrutar y hay que tomárselas con calma, sin pensar en lo que te queda sino en el próximo control. Si no, te pones nervioso".

JOSÉ LUIS LERA

El barbastrense José Luis Lera habría marcado el mejor tiempo entre los altoaragoneses de haber finalizado. Quería hacer el trayecto en 50 horas (en 2003 lo hizo en 51 y fue el mejor de los españoles) y en esta ocasión habría estado entre las 54-56. Lamenta haber estado muy retrasado en la salida, "con el grupo de los que van más tranquilos" y confiesa que no encontró el ritmo que buscaba. Así que se le fueron escapando los minutos y al regreso de Brest, en el kilómetro 860, optó por la retirada. "No había problemas, pero tampoco ilusión". Lamenta lo sucedido porque "la había preparado bien aunque quizá este año no me acordaba de que había que sufrir".

fuente: Diario del Alto Aragón

2 comentarios:

MANOLI CXM dijo...

Jolines, qué bien te lo pasas Samu, luego en las fotos "parece que vas perjudicao" ... pero es que, no paras.
Espero que lo de la rodillera solo sea para amedrentar a tus rivales.

Samuel dijo...

No Manoli, el texto es de este año que no pude prepararme para realizar esta marcha que es cada 4 años, algunas fotos son de las dos ediciones anteriores que he realizado esta tremenda y salvaje marcha cicloturista.