Aprovechando un poco una ventana de buen tiempo del otoño en el alto Sobrarbe, como cada año nos adentramos en esta época en el Cañón de Añisclo, donde los bosques de hayas muestran todo su amarillo colorido típico de este tiempo.
Los caminos de agua también predominan en el valle, las últimas lluvias llegaron después de la gran sequia de los meses anteriores. Tres días de agua y todo cambia. Las fuentes resurgen, el río crece, las cascadas muestran su furia entre los estruendos que resurge en las altas caídas del agua.
Una bonita vuelta que suelo hacer todos los años en esta época del año. Saliendo del Puente San Urbez, puente que salva las estrechas paredes del cañón de Añisclo a 75 m de altura de las aguas del río Bellos. Es una de las puertas de entrada al Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido y nos adentra en uno de los paraísos de Sobrarbe modelados por el agua, el Cañón de Añisclo. Es como una profunda brecha que corta la montaña de norte a sur, el río Bellos lo recorre en toda su longitud, alimentado por barrancos y surgencias que se precipitan en cascadas de cientos de metros de altura. Una larga pero bonita subida entre vistas espectaculares nos sube a la cima de los picos de Sestrales, vigilantes únicos del gran cañón.
Es un balcón privilegiado sobre el cañón de Añisclo, con una gran perspectiva sobre el macizo de Monte Perdido, desde el Casco hasta la Punta de las Olas y desde las tres Marías a Montinier.
Aquí el contraste entre la enorme grieta del cañón, de verticalidad radical, y las suaves praderas superiores de la Sierra Custodia y Vasones se hace incluso extraño. Contraste también entre la aridez del paisaje cárstico y de los lapiaces con la verde hierba de los prados.
El acceso desde Plana Canal es sencillo y entretenido, desde el aparcamiento de San Urbez el camino es bien diferente, y un poco más cansado.
Estos son lugares habitualmente solitarios, nada que ver con las multitudes de los itinerarios típicos en el fondo del cañón. Es otro contraste más.
Aquí el contraste entre la enorme grieta del cañón, de verticalidad radical, y las suaves praderas superiores de la Sierra Custodia y Vasones se hace incluso extraño. Contraste también entre la aridez del paisaje cárstico y de los lapiaces con la verde hierba de los prados.
El acceso desde Plana Canal es sencillo y entretenido, desde el aparcamiento de San Urbez el camino es bien diferente, y un poco más cansado.
Estos son lugares habitualmente solitarios, nada que ver con las multitudes de los itinerarios típicos en el fondo del cañón. Es otro contraste más.
Bajamos de los picos por largas cuestas de praderio para coger la pista que nos llevara hasta el refugio San Vicenda, todo esta parte del recorrido se hace por el lateral alto del cañón. Por un paso señalizado descendemos a la parte baja del cañón cerca de la Font blanca.
Se trata de un impresionante valle, que en su cabecera tiene un circo glaciar, pero que posteriormente se encajona en un profundo cañón, fruto de la acción kárstica del agua del río sobre la roca caliza, en una sucesión de bellos toboganes y cascadas, entre los que hay que reseñar la Fuen Blanca o Fon Blanca, un nacimiento en la pared vertical del Pico de Añisclo (o Soum de Ramond) que se desploma verticalmente sobre el valle. En los sitios en los que el terreno y la altura permiten el crecimiento de vegetación, la gran humedad y la casi permanente sombra del profundo cañón, producen tupidos bosques como la Selva Plana.
Esta impresionante vuelta, con una distancia de 28 km con un desnivel de subida acumulada de 1550m es en mi opinión una de las vueltas circulares más bonitas que nos podemos encontrar, por lo menos es distinta en contrastes y variedad de paisajes a otras muchas vueltas que vamos realizando.
1 comentario:
Vaya gozada de paisajes, enhorabuena por tus salidas y por tu blog!
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