Las carreras por montaña ya empiezan a tener algunos años aquí en España. También en todos estos años hemos aprendido a correr, a subir, a bajar y a entender el comportamiento tanto del cuerpo como de nuestro organismo en este deporte que a muchos les parece tan duro. La verdad es que los años pasan y por nuestras piernas hay cientos de kilómetros de galopadas y trotadas. Estoy escribiendo estas líneas a nivel particular, por lo que a lo mejor no tiene nada que ver con el comportamiento orgánico de otros corredores. Diré que llevo mas de 30 años corriendo por las montañas y sigo con la misma afición que el primer día. Sera porque nunca he forzado al cuerpo más de lo que mis piernas me han permitido, o será porque en mi cabeza siempre he planificado mis entrenamientos y he pensado mas en divertirme que en sufrir de esos super esfuerzos, donde cuando fuerzas más de lo normal y vas a tope, parece que hechas fuego por la boca. También esas series tan duras y repetitivas que le pedimos al cuerpo para ser más rápido. Yo lo tuve claro desde el primer año, siempre he querido disfrutar de la montaña, de ese trote suave, donde las horas pasan sin darte cuenta, al igua
Recuerdo al principio lo mucho que me costaba subir, parecía algo imposible, no conocía a nadie que practicara esta afición para que me aconsejara. En aquellos años decías que habías subido a Oturia corriendo y te trataban de loco. Pero las cosas han cambiado, ahora mucha gente corre, y además corre mucho. Se empieza mucho más joven y por lo tanto despuntas antes, además hay ya muchas cosas escritas sobre el correr por la montaña y no tienes que probar nada nuevo ni raro que no hayas oído antes. A lo mejor si en aquellos años hubiera habido carreras, ahora pensaría de otra manera.
Con estas líneas no quiero decir nada, solo es una visión personal donde he aprendido en todos estos años a estar bien con migo mismo a conocer a mucha gente y a hacer muchos amigos por toda España.
Samuel
No hay comentarios:
Publicar un comentario